Cuando vemos una obra de teatro, los elementos que más nos impresionan son el argumento, la actuación, la comedia o el impresionante decorado. Todo lo que nos haga llorar o nos haga saltar de emoción será aceptado por nosotros.
A continuación, le ofrecemos algunas cosas en las que debe fijarse en una obra de teatro para que pueda ver la puesta en escena desde un ángulo más amplio y sugerirla a sus amigos de diversas maneras.
Actuación
El éxito de la interpretación es esencial para el éxito de una obra. Toda la narración se desintegra si no le creemos al protagonista. ¿Llora a su lado? ¿Se ríe? ¿Se identifica? La calidad de la actuación viene a continuación. Pero cuidado: un buen actor o actriz trabaja para el público en su conjunto, y la dinámica con sus compañeros de escena es esencial.
Escenografía e iluminación
Una buena escenografía puede incluir a veces sólo unos pocos componentes, o puede ser un universo fantástico hecho especialmente para la representación. Apoyaremos una escenografía siempre que nos meta en la narración. Por otro lado, los componentes de la obra, los instrumentos y, sobretodo, la iluminación nos sumergen en la acción, provocan emociones fuertes en nosotros, ayudan a comprender esas emociones y crean el contexto de la situación en su justa medida.
Historia
No importa lo compleja que sea una obra desde el punto de vista estético o filosófico, si el público no comprende el núcleo de la trama, no puede considerarse una obra. Aunque este punto está teñido de la subjetividad del observador, hay un factor que caracteriza a una buena historia: el hecho de que resuene en algún lugar de nuestro corazón. Es fundamental que salgamos del teatro en un estado diferente al que teníamos al llegar, ya sea con una duda, un recuerdo entrañable o una lección interior.
Ritmo
La mayoría queremos sentir emociones fuertes, o al menos, que tengan una dinámica que nos mantenga despiertos en nuestros asientos. Un relato debe tener un ritmo determinado, una coherencia y que los acontecimientos sucedan continuamente. Aunque debemos aprender a apreciar el tiempo de una obra de teatro (que es claramente diferente al de cualquier otro arte), una obra de teatro debe tener un cierto ritmo.
Dirección
La capacidad de obtener la mejor versión de cada componente y de pensar de forma holística son claves para poder dirigir una obra. Estamos ante un buen director de escena si los puntos anteriores que se mencionaron están en proporción y aportan al conjunto de la puesta en escena. Un director con una visión fuerte tiene el poder de tomar la decisión adecuada.